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sábado, 27 de abril de 2019

Croquetas de bacalao


Hace ya tiempo que llevo pensando en traer esta receta de croquetas. Y es que, como ya os comenté otra vez, me encantan. Son muy versátiles y hay mil opciones. Por el blog tenéis las deliciosas croquetas de pollo de mi casa de toda la vida y otro día os traeré más variedades que me gustan. Hoy, que es lo que toca, os traigo estas maravillosas de bacalao, muy difícilmente superables, y es que saben a gloria :) Se deshacen en la boca, tienen el salado perfecto y no se qué mas deciros porque solo se me ocurre repetir una y mil veces que son maravillosas. Porque lo son! Así que sin más preámbulos os dejo la receta (muy fácil!) y os animo a que las probéis porque no os vais a arrepentir :)



       INGREDIENTES 
  • Una bandeja de bacalao desmigado desalado de unos 250 gramos (yo la compré en Aldi)
  • Una cebolla pequeña
  • Aceite de oliva

Para la bechamel (aquí tenéis la receta, aunque yo la suelo hacer siempre "a ojo")
  • Mantequilla (más o menos una cucharada colmada)
  • Harina (más o menos un par de cucharadas)
  • Leche (yo la pongo desnatada). La que pida según las cantidades anteriores para que quede del espesor deseado)
  • Una pizca de sal


        PREPARACIÓN 


- Lo primero que hago es preparar el relleno de bacalao. El bacalao ya viene desalado así que no echo nada de sal y queda en su punto. Primero picamos una cebolla y la ponemos a dorar en una sartén con un poco de aceite.



- Cuando empiece a estar tierna la cebolla, y doradita, añadimos el bacalao, que aunque viene desmigado yo lo troceo un poco más. Removemos y dejamos hacer a fuego no muy fuerte un par de minutos. Recomiendo de vez en cuando para que no se pegue. Se hace en seguida. Retiramos del fuego y dejamos enfriar.




- Mientras tanto, preparamos la bechamel. No me enrollo porque podéis encontrar la receta en este enlace





- Cuando la tengamos lista, mezclamos el sofrito de bacalao con la cantidad que queramos de bechamel en un bol. Lo tapamos con un film (que toque la mezcla, así no saldrá costra) y dejamos enfriar. Yo lo meto en la nevera una vez deja de estar muy caliente.


- Cuando esté bien fría y la mezcla endurecida (para poder manejarla bien), procedemos a hacer las croquetas. También podéis hacer la mezcla un día y las croquetas al día siguiente. Eso es muy cómodo y lo que suelo hacer yo para que se endurezca bien y no ir con prisas (luego hay desastres al freírlas, cuando se van deshaciendo por no haberlas dejado endurecer lo suficiente, jeje).



- Para preparar las croquetas cogemos un poco de masa, la rebozamos en huevo batido (con o sin una pizca de sal).






- Después la pasamos por pan rallado, impregnando bien para que quede toda bien rebozadita, y las damos forma. 





- Yo esta vez las hice redondas.






- Y la freímos en aceite caliente en una sartén (o en la freidora si tenéis). Cuando estén doradas a vuestro gusto las sacáis.






- Las ponéis sobre un papel de cocina para retirar el exceso de aceite y las pasáis al plato o fuente de servir.




- Quedan tan buenas que nunca sobran. Y mira que siempre hago un montón pensando en que sobre alguna para otro día... pero nunca! Jaja! Es que está de miedo. No os las perdáis!

Qué las disfrutéis! :)


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jueves, 18 de abril de 2019

Torrijas


Tras una larga (larguísima!) pausa vuelvo por esos lares justo a tiempo de celebrar la Semana Santa. Yo no soy religiosa, pero me gusta la tradición y sobre todo, como os podréis imaginar, la tradición gastronómica, muy importante también estos días. No voy a ser muy original, como digo, en estos casos me gusta la tradición, y por eso hoy os traigo unas torrijas. Uno de los postres por excelencia de estos días y que a mí me encantan. Nunca antes las había preparado y, siguiendo la receta de mi hermano, me han quedado fabulosas. 

De torrijas encontráis miles de recetas, casi una por cada casa, y es que no hay una receta exacta, hay mil versiones según la costumbre o gusto de cada familia. Es un postre sencillo y humilde y que no puede estar más rico. Las hay con miel, con azúcar y canela, con vino.... y las de leche, que son las que yo os traigo y que son las que más me gustan y a mi me parecen más clásicas. Como digo, para gustos los colores. Eso sí, os aseguro que estas están de vicio, jeje.

Las cantidades son un poco a ojo, según os gusten más o menos dulces. En mi caso, además, yo en lugar de azúcar las he hecho con edulcorante (eritritol) en igual cantidad y han quedado genial. No se nota nada. Vamos, que me estoy poniendo las botas estos días :))) Espero que os gusten tanto como a mí!



       INGREDIENTES 
  • Pan para torrijas (yo lo compré pero la tradición es hacerlo con un pan de mucha miga del día anterior. Usé 6 rebanadas)
  • Leche (yo la puse desnatada). En principio usé 500 ml pero luego se necesita más (después os especifico)
  • Azúcar o edulcorante equivalente en igual cantidad (50 - 60 gramos. Para mi esta cantidad quedó perfecta pero dependerá de lo dulces que os gusten. A mí no me quedaron excesivamente dulces pero luego os cuento más sobre esto)
  • Canela ( a mi me gusta echar muuuuucha! En rama y en polvo)
  • Piel de un limón
  • Huevo batido
  • Aceite suave para freír
        


        PREPARACIÓN 


- Lo primero que vamos a hacer es infusionar la leche con el azúcar, la canela y la piel de limón. Ponemos todo en un cazo y llevamos a ebullición. Cuando romap a a hervir lo dejamos a fuego no muy fuerte un par de minutos. 




- Después lo retiramos del fuego, lo colamos y lo dejamos enfriar.





- Cuando la leche esté templada-fría, regamos con ella las rebanadas de pan. Ahora os cuento lo de las cantidades. Con lo que yo puse (lo que pos he escrito en la lista de ingredientes), las rebanadas absorbieron prácticamente toda la leche (6 rebanadas gorditas). Luego tendréis que preparar algo más de leche porque para que queden bien ricas deben remojarse luego otra vez. si no, con mis cantidades, quedarán algo sosas. Así que podéis preparar más cantidad de leche desde el principio si queréis.

- Después de remojar las rebanadas en la elche un rato, las ponemos sobre una rejilla para que suelten el exceso (las mías no soltaron mucho).





- Después las pasamos por huevo batido.







- Las freímos en la sartén hasta que estén doradas y las ponemos sobre un plato con papel de cocina para escurrir el exceso de aceite.



- A continuación las podemos comer directamente o guardar para más tarde. En cualquier caso, como os comentaba antes, os recomiendo que las remojéis en más leche infusionada. Tanto regarlas para servirlas y comerlas en el momento, como mantenerlas en la leche y en la nevera hasta que lo hagáis. Esa es la clave para que cojan el punto de dulzor y canela perfectos. Y de verdad, quedan de escándalo. No pueden estar más buenas! Ñam!!!!! :)

Qué las disfrutéis! :)

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