Aunque no es la época de la calabaza, hoy os traigo una receta deliciosa con este ingrediente. Es una receta que tengo desde otoño, que es cuando debí publicarla... pero ya sabéis, jeje. En cualquier caso, sea la época del año que sea, unas galletas siempre sientan bien, y a día de hoy se pueden encontrar calabazas todo el año (en mi súper desde luego) y si no, la guardáis para octubre porque os va a encantar. Es una receta vegana y en mi caso sin azúcar. Podéis sustituir el aceite de coco por margarina y poner la harina que queráis. Y por supuesto, se pueden hacer no veganas. De la manera que sea quedan estupendas, os lo aseguro. Os van a encantar!
INGREDIENTES
- 100 gramos de aceite de coco o margarina vegetal
- 100 gramos de azúcar blanca o edulcorante equivalente
- 100 gramos de azúcar moreno o edulcorante equivalente
- 75 gramos de puré de calabaza
- 60 ml de leche de almendras (o la que queráis) (si utilizáis harina de avena u otra muy rústica, seguramente tendréis que añadir más cantidad de leche porque la masa se quedará más seca)
- 1/2 cucharadita de esencia de vainilla
- 250 gramos de harina (la que prefiráis. A mi siempre me gusta probar con diferentes tipos o hacer mezclas. En esta ocasión utilicé solamente avena)
- 1/2 cucharadita de canela (bastante generosa)
- 1/4 cucharadita de jengibre
- 1/4 cucharadita de nuez moscada
- 1 pizca de clavo
- 1 cucharadita de levadura química
- Una pizca de sal
- En un bol batimos la margarina con los azúcares hasta que queden combinados y homogéneos.
- A continuación, añadimos el puré de calabaza, la leche y la vainilla, y batimos bien.
- Por último añadimos la harina, tamizando poco a poco, la levadura, la sal y las especias. Mezclamos hasta obtener una masa firme y homogénea.
- Hacemos una bola, la cubrimos con film y dejamos reposar más o menos una hora en la nevera.
- Pasado el tiempo de reposo, alisamos la masa con un rodillo y cortamos la forma de las galletas.
- Colocamos en una bandeja cubierta con papel vegetal y horneamos en el horno ya caliente a 180ºC arriba y abajo durante unos 15 minutos hasta que queden doradas. El tiempo depende mucho del tamaño que hagáis. Si no son muy grandes, vigilad porque seguramente estén listas antes.
- Cuando las galletas estén doradas y cocidas las sacamos del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla. Ya veréis el maravilloso olor que desprenden y lo ricas que están. Fabulosas!
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