Hoy os traigo el que de verdad, de verdad, ha sido siempre mi dulce de Navidad favorito. me gustan mucho todos en general, y en particular el turrón de Jijona, el mazapán o las marquesas, pero nada, nada! como las almendras rellenas. Recuerdo que en casa siempre había y que en general se las hacía poco caso... salvo yo. Es un dulce que para mí siempre ha estado algo a la sombra de los turrones o polvorones. No es que no guste, pero veo que a veces está algo olvidado. Como digo, no en mi caso.
Cuando empecé a cocinar y a hacer algunos dulces navideños me fastidiaba no poder hacerlas, pero es que me era imposible encontrar las cascarillas! Obleas rectas, sin mucho problema. Cascarillas, nada! Hasta que un día tuve la suerte de toparme en varios blogs con la receta de las almendras rellenas y cual fue mi sorpresa cuando en varios (o todos) de esos blogs comentaban que habían conseguido las cascarillas en una tienda de Avilés y que además enviaban a toda España. Ahí quedó la cosa, me olvidé por un tiempo.
Este otoño, como ya sabéis, he pasado tres meses trabajando en Asturias, en Villaviciosa y al ir acercándose las Navidad recordé lo de la tienda e investigué un poco: La Colosal en en centro de Avilés. Una tienda de ultramarinos de toda la vida que además tenía cascarillas! Sin pensarlo dos veces allí me presenté.
Lo primero que he de decir es que ya antes de entrar la tienda me encantó: una tienda de ultramarinos de las de toda la vida, con su escaparate cuidado y lleno de delicias.
Al entrar me atendieron en seguida y con mucha amabilidad. Les conté mi historia y lo que buscaba, y no solo me proporcionaron las cascarillas sino también su receta de las almendras rellenas y que por lo que veo es la que se encuentra en muchos blogs y tanto éxito tiene. Pues bueno, para terminar con la aventura de la compra de las cascarillas os diré que quedé encantada con la tienda. Tienen de todo y envían a toda España. No tenéis más que llamar y os atenderán con cariño y profesionalidad.
En cuanto a la receta... creo que si ha habido un dulce este año que se lleve el primer premio éste es, sin duda, las almendras rellenas. Y no es que el resto no hayan salido bien. Todo lo contrario, aunque esté mal que yo lo diga, este año me han salido como nunca. Pero es que lo de estas almendras no tiene nombre. Están de muerte! que se dice, jeje. La receta original llevaba la mitad de chocolate blanco y la mitad con leche. A mí me apetecía que quedarán iguales que las que conocía, de un color más claro, y además me daba miedo que igual supiesen mucho a chocolate y poco a fruto seco. Se que iban a estar muy buenas igualmente... pero no se.... así que me decidí a poner solo chocolate blanco (luego encima vi que en el blog Asopaipas Jose Manuel hacía lo mismo y estaba encantado, lo que terminó de convencerme). El que además de almendra llevara también avellanas no me importó lo más mínimo. Sabía que solo podía mejorar. Así es! Es que no os lo puedo ni describir. Tenéis que probarlas! Son una verdadera maravilla.
INGREDIENTES
PREPARACIÓN
- En una sartén muy caliente (o en el horno) ponemos a tostar la almendras y las avellanas hasta que obtengan un tono dorado (en mi caso las avellanas que tenía ya estaban tostadas, así que solo puse a dorar las almendras). Cuando estén listas, las dejamos enfriar.
- Cuando los frutos secos se hayan enfriado lo suficiente, los ponemos en un procesador de alimentos junto con el azúcar glass y los trituramos.
- Cuando estén molidos, añadimos el chocolate derretido en el microondas (o al baño maria) y seguimos triturando, parando para mezclarlo un poco con una espátula de vez en cuando. Tendremos que dejarlo bastante tiempo, no son unos pocos pulsos. De esta forma, los frutos secos irán soltando su aceite y se formará una pasta cremosa, como si fuera una de esas de untar. En cualquier caso lo iremos viendo.
- Cuando obtengamos la consistencia deseada, procedemos a rellenar las cascarillas. Que queden bien rellenas (será más fácil si dejamos que la pasta se enfríe. Después de un tiempo en el procesador de alimentos se calienta, y está algo más líquida. No mucho, pero lo suficiente para que sea más incómodo el rellenar las cascarillas). Después, juntamos las mitades y retiramos el exceso de pasta que sobresalga, con una cucharilla o espátula, por ejemplo. Ya veréis qué delicia! Y aguantan mucho tiempo. De hecho, creo que hasta mejoran, jeje. Sin duda, el gran éxito de estas Navidades.
Cuando empecé a cocinar y a hacer algunos dulces navideños me fastidiaba no poder hacerlas, pero es que me era imposible encontrar las cascarillas! Obleas rectas, sin mucho problema. Cascarillas, nada! Hasta que un día tuve la suerte de toparme en varios blogs con la receta de las almendras rellenas y cual fue mi sorpresa cuando en varios (o todos) de esos blogs comentaban que habían conseguido las cascarillas en una tienda de Avilés y que además enviaban a toda España. Ahí quedó la cosa, me olvidé por un tiempo.
Este otoño, como ya sabéis, he pasado tres meses trabajando en Asturias, en Villaviciosa y al ir acercándose las Navidad recordé lo de la tienda e investigué un poco: La Colosal en en centro de Avilés. Una tienda de ultramarinos de toda la vida que además tenía cascarillas! Sin pensarlo dos veces allí me presenté.
Lo primero que he de decir es que ya antes de entrar la tienda me encantó: una tienda de ultramarinos de las de toda la vida, con su escaparate cuidado y lleno de delicias.
Al entrar me atendieron en seguida y con mucha amabilidad. Les conté mi historia y lo que buscaba, y no solo me proporcionaron las cascarillas sino también su receta de las almendras rellenas y que por lo que veo es la que se encuentra en muchos blogs y tanto éxito tiene. Pues bueno, para terminar con la aventura de la compra de las cascarillas os diré que quedé encantada con la tienda. Tienen de todo y envían a toda España. No tenéis más que llamar y os atenderán con cariño y profesionalidad.
INGREDIENTES
- Cascarillas de oblea
- 125 gramos de almendra cruda entera
- 125 gramos de avellana cruda entera
- 125 gramos de azúcar glass (yo edulcorante Sukrin del tipo)
- 100 gramos de chocolate blanco (en mi caso sin azúcar) (opción vegana)
- En una sartén muy caliente (o en el horno) ponemos a tostar la almendras y las avellanas hasta que obtengan un tono dorado (en mi caso las avellanas que tenía ya estaban tostadas, así que solo puse a dorar las almendras). Cuando estén listas, las dejamos enfriar.
- Cuando los frutos secos se hayan enfriado lo suficiente, los ponemos en un procesador de alimentos junto con el azúcar glass y los trituramos.
- Cuando estén molidos, añadimos el chocolate derretido en el microondas (o al baño maria) y seguimos triturando, parando para mezclarlo un poco con una espátula de vez en cuando. Tendremos que dejarlo bastante tiempo, no son unos pocos pulsos. De esta forma, los frutos secos irán soltando su aceite y se formará una pasta cremosa, como si fuera una de esas de untar. En cualquier caso lo iremos viendo.
- Cuando obtengamos la consistencia deseada, procedemos a rellenar las cascarillas. Que queden bien rellenas (será más fácil si dejamos que la pasta se enfríe. Después de un tiempo en el procesador de alimentos se calienta, y está algo más líquida. No mucho, pero lo suficiente para que sea más incómodo el rellenar las cascarillas). Después, juntamos las mitades y retiramos el exceso de pasta que sobresalga, con una cucharilla o espátula, por ejemplo. Ya veréis qué delicia! Y aguantan mucho tiempo. De hecho, creo que hasta mejoran, jeje. Sin duda, el gran éxito de estas Navidades.