Hace unos días tenía un una col en la nevera que llevaba ahí ya algún tiempo. No me apetecía hacer lo de siempre, cocer la verdura, rehogarla, etc... De pronto recordé que cuando este verano estuvimos en Uzbekistán, de luna de miel, entre otras muchas cosas deliciosas probamos un montó de ensaladas. En muchas de ellas añadían col y recuerdo una en concreto, que la llevaba cruda y sin aliñar, solo con especias, aunque no recuerdo exactamente cuáles. El tema es que recuerdo que tanto a mi marido como a mí nos encantó. Estaba sabrosa, muy crujiente y fresca. Así que decidí inventarme algo parecido. Como no recordaba qué especias llevaba, me decidí a poner za'atar que pensé que le iría bien y me encanta. Los frutos secos también le irían bien. Y nada más! Y aunque parezca sorprendente quedó estupenda. No necesita nada. Lo tienen todo: sabor y textura perfectos!
INGREDIENTES
- 1 col blanca o repollo liso pequeño
- 1 cebolla pequeña
- Un buen puñado de avellanas tostadas
- Za'atar al gusto
- Sal al gusto (opcional)
- Con un rallador grande rallamos con cuidado la col y la cebolla (la cebolla también puede ir picada). Las ponemos en un colador y la lavamos un poco bajo el chorro del agua. La escurrimos bien y la ponemos en un bol.
- En un mortero trituramos las avellanas y las añadimos al bol.
- Por último aderezamos con za'atar al gusto y sal si decidimos ponerla, aunque no hace falta. Yo no la puse y quedó perfecta. Mezclamos bien. Ponemos en la fuente de servir y decoramos con unas avellanas enteras.
- Esta ensalada tan sencilla queda crujiente y muy sabrosa. Ideal para acompañar a un montón de platos, de carne, pescado, o lo que más guste.
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